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¿Cómo detectar la pérdida auditiva? Pruebas para diagnosticarla

Cuando el sistema auditivo no es capaz de captar determinados sonidos, nos encontramos ante un caso de pérdida auditiva. Y aunque este problema es más común en personas mayores de 65 años (a la pérdida de audición relacionada con la edad se le llama presbiacusia), también la pueden padecer los jóvenes e incluso los más pequeños.

Y es que tener este problema auditivo supone todo un inconveniente para cualquier persona que necesita comunicarse con otra. Por eso, la corrección de esta disfunción de audición es tan importante en la vida diaria de cualquiera.

Por tanto, su detección precoz es esencial para frenar los problemas auditivos y evitar que se agraven aún más. Por ello, es necesario acudir a un especialista, quien te realizará todas las pruebas pertinentes para comprobar tu nivel de audición y los daños ocasionados.

Síntomas de una pérdida auditiva

Es recomendable que acudas al especialista, si notas cualquiera de estos síntomas:

  • Necesidad de que te repitan las cosas muchas veces (sobre todo en ambientes con ruido y cuando hay varias personas en la conversación).
  • Zumbido en los oídos.
  • Escuchas la televisión u otros dispositivos a un volumen muy alto.
  • Dificultades para oír sonidos agudos.
  • Inconvenientes para entender conversaciones por teléfono.
  • Disminución de la capacidad de concentración.

¿Qué tipo de pruebas existen para diagnosticar la pérdida auditiva?

Después de haber reconocido algunos de los síntomas, es imprescindible que acudas cuanto antes a que un especialista te explore mediante pruebas específicas. Estas son las más habituales:

Otoscopia

El especialista, a través de un examen visual del oído, podrá detectar las causas del problema auditivo, ya sea alguna infección, perforación del tímpano o tapones de cera.

En caso de que en esta exploración no se refleje nada se pasará a la siguiente prueba; una audiometría.

 Audiometría

Esta prueba mide el umbral de audición y se realiza en cabinas de audiometría diseñadas exclusivamente para comprobar la salud auditiva. Aquí el paciente se coloca unos cascos y escucha unos sonidos de diferentes frecuencias e intensidades. En el momento en que empieza a oír, avisará al especialista de ello.

La audiometría se realizará por vía aérea y vía ósea, y el resultado de ambas pruebas servirá para conocer el tipo de pérdida auditiva del paciente.

Los resultados de la prueba se presentan en modo de gráfica y recibe el nombre de audiograma.

Logoaudiometría

La logoaudiometría o audiometría verbal es un test que se utiliza para medir la comprensión verbal del paciente. Con unos auriculares, el paciente escuchará una serie de palabras y éste deberá repetirlas según lo que haya comprendido.

Este test además de evaluar si los daños afectan a la comprensión verbal, revela datos sobre qué entiende la persona cuando ve la televisión o cuando simplemente está en una conversación.

También ayudará al especialista a saber cuál será el objetivo de una posible adaptación de audífonos; ya que es muy importante conocer la pérdida auditiva del paciente, pero aún más es conocer la capacidad de entendimiento.

Impedanciometría

A diferencia de la audiometría donde sí se necesita la participación activa del paciente, la impedanciometría es una prueba objetiva.

Se introduce una onda sonora que atravesará el oído externo, medio y llegará hasta el oído interno. Esta onda acústica generará unas presiones, y el estudio de la resistencia del oído ante dichas presiones aportará información del oído medio, la integridad y la movilidad de la membrana timpánica y la continuidad de la cadena osicular.

El estudio impedanciométrico completo incluye dos partes; primero, una timpanometría, dónde se evaluará la reacción del tímpano ante los cambios de presión, y una segunda parte que es el reflejo estapedial que servirá para comprobar cómo responde el músculo del estribo ante un sonido fuerte.

Los resultados de este estudio servirán para detectar diferentes tipos de afecciones como una otitis media, una alteración en la cadena de huesos, o una otoesclerosis entre otras.

Recuerda que a través de estas pruebas, un experto podrá valorar el grado de pérdida auditiva y su procedencia para decidir así el tratamiento adecuado.

Asimismo, te recomendamos que ante cualquier síntoma de los descritos, acudas cuando antes a hacerte una revisión; ya que la prevención sobre todo en personas con más edad (60-65 años) es muy importante. Esos problemas relacionados con la pérdida de audición no solo se podrán frenar a tiempo, sino que también se podrán evitar otras complicaciones.

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